Hace unos años, quizás no tantos, no tenía tan a mano la posibilidad de contactar de manera tan rápida y con tanta gente. Tenía el teléfono de la familia, gente del trabajo, los amigos, y quizás algunos compañeros, la gente de más confianza.
El objeto que perseguía era la comunicación telefónica, primero desde el teléfono fijo y posteriormente , en un avance de la localización, en el móvil.
Y esa comunicación, por lo habitual, no era digamos «superficial», sino que perseguía la comunicación o expresión de temas de cierto interés o importancia, y para ello se requería dedicarle un espacio temporal a esa comunicación.
No llamaba para decir Buenos días.
No llamaba para decir que me había comido un asado estupendo.
No llamaba para compartir un chiste.
No llamaba para decir que estaba tomándome una cerveza en las pistas de esquí.
No me levantaba y lo primero que hacía tras asearme y desayunar era ver a quien me apetecía llamar.
Originalmente tenía que ver que las llamadas se cobraban por tiempo, a quien no le han cortado los padres las llamadas con los amigos, las novias, etc.. ¿Podía eso mermar la cantidad de veces que llamábamos y el tiempo que empleamos en nuestras comunicaciones? Seguro.
A medida que se iban incorporando a nuestro día a día las aplicaciones de mensajería por datos , como SMS, y posteriormente Whatsapp, las operadoras ya pasaron a comercializar las tarifas planas tanto de voz como de datos, con lo que esta restricción con el tiempo y los costes prácticamente se ha desvanecido ya…¿porqué?
Los estudios de tráfico de las compañías de comunicaciones ya observaban como el tráfico telefónico estaba dejando paso de manera exponencial a las comunicaciones por datos, es decir cada vez se hacían menos llamadas telefónicas y se consumía mucho más tráfico en datos: mensajería como Whatsapp, envío de Fotos, envío de videos, etc…
Junto a este cambio en el contenido de la comunicación, también se une una evolución de un modelo de comunicación interpersonal (un emisor- un receptor) a uno multipersonal (un emisor-muchos receptores..p.e envío una foto a un grupo) o uno grupal (muchos emisores-muchos receptores..p.e un chat de un grupo de whatsapp)..
Es indudable que la «INTERconexión» con este nuevo modelo es mucho mayor..empezamos a hablar incluso del término «redes sociales», se introducen ya intercambios de información incluso con personas que no te conocen! mediante TWITTER o abrimos ventanas a nuestra vida mediante aplicaciones como FACEBOOK.
Particularmente siento una sensación de vértigo. En pocos años hemos pasado de una comunicación limitada a un círculo cercano a estar prácticamente abiertos a todo el mundo! Es la sensación de tener un gran potencial comunicativo y a la vez no saber aún manejarlo de manera satisfactoria, quizás disperso por su gran alcance.
Y hemos pasado de llamarnos por teléfono a mensajearnos o a publicarnos. El teléfono se sigue usando ampliamente en entornos laborales y empresariales, por su fuerza e inmediatez, aunque ya empiezan a ser habituales en estos escenarios webs, mensajería, etc..
En términos de contacto, que es lo que me interesa desde un punto de vista Gestalt, de una comunicación más manual, cercana y arriesgada, con contacto verbal o visual, estamos pasando a una más sofisticada e inmediata, aunque distante, pero segura y cómoda, pero un contacto digamos más «aséptico», y por ello con el riesgo de superficializarse y de perder calidad humana y emocional.
Yo confieso que no me siento cómodo, no me siento preparado para este salto. Necesito todavía ordenar y depurar mis necesidades de comunicación previamente, y luego, si lo consigo, elegir adecuadamente el medio para llevarlas a cabo..
Por eso escribo sobre esto, porque me hace dar cuenta de la importancia de la consciencia en la comunicación, saber qué me pasa en cada momento , qué necesito expresar , a quien, para qué, y elegir responsablemente el «cómo».
Necesidad de Contactar:
Siento algo! necesito compartir una información práctica, estoy contento y quiero expresarlo, estoy triste y necesito acompañamiento, me encuentro solo y necesito calorcito humano, estoy enfadado y quiero soltarlo, me atrae una persona y quiero acercarme a ella, etc.. son muchos los motivos que me pueden llevar a la necesidad de salir de mi y buscar contacto exterior.
¿Qué me pasa cuando quiero contactar con otra persona, que es lo primero qué pienso? ¿Seré inoportuno? ¿Le apetecerá que le llame? ¿es buen momento? ¿Quiere contacto conmigo?
Inicio todo un proceso de diálogo entre mi necesidad y la forma de llevarla a cabo. ¿Somos conscientes?
Normalmente, salvo comunicaciones que requieran presencia, fuerza o inmediatez, Whatsapp es la vía que nos facilita actualmente ese contacto, y a la vez, paradójicamente la que puede limitarlo, sesgarlo, manipularlo y empobrecerlo. Es el riesgo. Comunicación rápida, comunicación cómoda, comunicación segura y controlada, pero ¿Comunicación viva? ¿Comunicación auténtica? ¿Contacto real y satisfactorio?
Un frio texto escrito puede hablar de emociones pero difícilmente transmitirlas, aunque a veces lo consigan los grandes escritores o comunicadores. De todos modos , se han creado hábilmente los «emoticonos» para justamente aportar el tono o matiz emocional a la conversación escrita. Hecha la ley, hecha la «trampa».
Ya están todos los ingredientes para establecer una comunicación concisa, «segura» y adornada más o menos con un contenido «emocional». ¿Le falta algo…?
En mi opinión, sí : El riesgo del contacto en directo, la incertidumbre de lo que no controlamos.
Todo contacto , como relación entre el mundo exterior y el mundo interior, se produce en la frontera y, en ella, se pueden reproducir miedos (grabados por experiencias de contacto anteriores o fantasías), frustración de expectativas (lo que Yo necesito y lo que necesita el otro pueden no coincidir, defraudando alguna de las partes) .
Un contacto auténtico tiene el riesgo de poder resultar incómodo por tener que sostener situaciones como las descritas anteriormente, que nos generan emociones que, en muchos casos, intentamos controlar de manera defensiva porque nos incomodan o asustan.
Pero también el contacto auténtico es creativo, ya que deja abierto el «qué pasará», porque no controlando el destino de la comunicación, dejamos abierto el flujo emocional que os lleve donde nos tenga que llevar, y en muchos casos a lugares muy reconfortantes y placenteros también.
En definitiva: si contactas y sueltas un poco el autocontrol, te comunicas más plenamente, y tiene riesgos emocionales, pero también abre a nuevos espacios, colores, etc..
Si no, te comunicas parcialmente, controlas las emociones, parcelas los efectos secundarios, y difícilmente te llevan a algo nuevo y creativo. Corres el riesgo de conformarte en una vivencia «aséptica» en tus relaciones.
A mí me ha pasado bastantes veces que tras un interesante e intenso chat con algún conocido y propongo pasar a un contacto verbal (teléfono) o físico (vernos), y misteriosamente se desvanece la otra persona y me da la sensación de que le incomoda o asusta pasar a un plano «real». Es como si nos hubiéramos acomodado a este estilo de contacto. Corremos el riesgo de caer en la tendencia tan humana de ir a lo fácil, y «aburguesarnos» y conformarnos con relaciones superfluas y cómodas.
No sé si peco de exagerado o alarmista (que ya es muy mío) pero sospecho que esta nueva forma de comunicarnos nos aleja del contacto real, y no me satisface, porque me aleja un poco más de mi esencia humana, que es básicamente física, corporal, energética..
Es cierto que aplicaciones actuales como whatsapp, tienen la virtud de interconectar a las personas de manera fácil y, me atrevería a decir, «lúdica».
Además cumple sobradamente la función informativa de manera casi inmediata: Cualquier acontecimiento mundial tardamos segundos en enterarnos a través de las redes sociales, lo mismo sucede con eventos de nuestro entorno más cercano.
En el campo del entretenimiento, es muy fácil conectar a la gente en un momento de aburrimiento con un chat, o simplemente compartiendo el último meme o video ocurrente que circula por las redes con temas frescos de la actualidad. Vamos, que te facilita estar al día y que encima te divierte.
El problema lo veo más en que todo esto es nuevo, y genera inercias, y aún no conocemos las consecuencias sobre nosotros de manejar tanta información. De entrada, como he dicho antes, ya observo la tendencia creciente de llevar las relaciones personales por el mismo canuto.
¿Cuando antes podíamos decir un «Buenos días» cada mañana todo el mundo que aprecias , con solo un golpe de click? El Potencial comunicativo es enorme..pero ojo..no perdamos de vista que manejar tanta información y de manera tan repetitiva finalmente tiene el efecto perverso de hacerle perder fuerza, intensidad, humanidad..ese «buenos días» puede convertirse ya en nuestros chats en un saludo robotizado, estandarizado e industrializado..deja de ser un mensaje vivo.
Puedes seguir a continuación los resultados y conclusiones de una encuesta realizada a 200 personas sobre el tema en el siguiente documento:
Encuesta -Comunicación Whatsapp desde la Gestalt