Un día, un sabio monje del monasterio de Poblet nos preguntaba con una sonrisa provocadora ¿Qué es lo más importante en tu vida?…tod@s rápidamente intentamos recuperar en nuestra mente aquello que en ese momento entendíamos como nuestro gran proyecto vital, el que daba sentido profundo a nuestra existencia..tras escuchar nuestras respuestas nos contestó: «Respirar!»
Vaya palo! se cargaba de un plumazo nuestra vocación profunda , nuestra proyección de lo que debíamos ser y como debíamos vivir nuestra vida, y lo reducía exactamente a un gesto mecánico, fugaz e instantáneo ..simplemente respirar.
Y es que , efectivamente, cuando nos preguntan por qué hacemos, solemos hablar de nuestro trabajo, relaciones o proyecto en el que estemos, siempre con un envoltorio de conjunto que más o menos lo empaqueta en un objetivo vital temporal y que nos sirve de Norte para orientar nuestras acciones cotidianas.
Pero, ¿es eso vivir? ¿es realmente ese proyecto el que marca el ritmo de nuestra existencia presente?
Una vez escuché a Francis Elizalde, un maestro de la espontaneidad, decir «Somos como tubitos: entran cosas y salen cosas» . Reconozco que me asombró de nuevo la simpleza de esa definición de nuestra existencia. Me rebelé durante no más de un par de segundos a esta reducción tan material y poco glamorosa de cómo vive un ser humano.
Y es cierto.. con un poco de observación veremos como en realidad nos alineamos más a un devenir cíclico diario, en absoluta relación con el ciclo natural del día y la noche, como seres naturales que somos.
No solemos levantar diciendo «qué mala noche he pasado» o «Hoy va a ser un gran día».. en realidad no tenemos otro horizonte real que el del ciclo del planeta.
Aunque formamos parte de un trabajo, con sus proyectos, objetivos, reuniones, etc..lo que importará únicamente es el «que toca hoy»..Lo mismo pasa con las relaciones, lo importante es que hoy tengo la ilusión por salir a hacer una excursión con aquella persona que quiero.
Quiero decir con esto que sí, que hay unos proyectos digamos «vitales» de altos vuelos, pero que toman forma práctica en nuestro vivir en forma de «metas» más o menos diarias, que es lo que sería nuestra unidad consciente de existencia. Es inevitable hacer balance a la hora de ir a dormir de qué ha pasado en el día, de si se han cumplido nuestras expectativas, y qué queda pendiente de resolver para el mañana… el sueño reponedor completará el ciclo dentro de lo subconsciente, revolviendo las cosas no resueltas.
Pero aún tenemos que bajar una capa más..
Qué pasa durante el día? cuales son los hechos prácticos y reales que desenvolvemos en la experiencia diaria .. pues lo que en Gestalt llamamos el «ciclo de la experiencia», un continuo torrente de necesidades que se van sucediendo durante la jornada y que vamos intentando satisfacer una tras otra.
Primero habrá que detectarla en el cuerpo (a veces somos ciegos o la reprimimos) , después dispondremos la mente para satisfacerla, y energetizaremos el cuerpo para ir a satisfacerla.. En este proceso también podremos bloquear la experiencia de manera neurótica, allí donde se engancha nuestro ego o carácter. Si todo fluye, la experiencia concluye, la necesidad se satisface , se cierra la gestalt y vamos a por la siguiente necesidad… y asi continuamente
Si que es importante, para nuestro equilibrio, ser capaz en cada momento detectar la necesidad dominante, por encima de las secundarias a la hora de movernos.
Pero , a lo que voy, observemos lo que nos mueve… y aquí toman relevancia las palabras de Francis, somos como tubitos:
Me levanto y hago un pis (sale del cuerpo), tengo la garganta seca y bebo un vaso de agua (entra en el cuerpo).
Necesito despertarme con una ducha (el frescor del agua penetra en mi piel, la hidrata)
Tengo hambre, me preparo un café y unas tostadas (entra en el cuerpo), al ratito.. el calorcito hace que vaya al baño ( y saque del tubito los sobrantes que hace 24 horas entré en el tubito)
Me desplazo a mi trabajo, p,e andando, saco mi energía hacia afuera en forma de movimiento.
Podemos hacer un repaso de todas las cosas diarias que hacemos corporalmente y que en realidad son las necesidades que realmente satisfacemos, lo que realmente nos mueve, y ..en realidad.. lo que nos motiva
Quien no sueña con la comida cuando ya se acerca la hora ..lo cambiarías por cualquier proyecto vital en ese momento?
Lo que es obvio en el plano corporal, también pasa en el plano mental. También tenemos a diario necesidades mentales que satisfacer para conocer o dominar nuestro entorno: a través de los ojos, los oídos, incorporamos en nuestro tubito mental imágenes externas, las elaboramos y sacamos a través de la voz el discurso hacia afuera. Aprendizaje (meter) , Enseñanza o Discurso cognitivo (sacar)
En el plano emocional, somos un tubito emocional: dar y recibir, sentir hacia adentro, expresar hacia afuera..es como el equilibrio térmico que permite que el cuerpo trabaje en su punto óptimo.
En el plano sexual, recibir ese amor y gozarlo en la salida de nuestro cuerpo. En el contacto que recibes en el contacto que das..quien no lo dejaría todo por disfrutar de esta experiencia sagrada.
Todo son un conjunto de necesidades aparentemente aisladas entre sí, pero realmente conectadas por la experiencia de nuestro ser, que son las que realmente nos mueven en nuestro día a día
Y detrás de todo.. de manera casi inconsciente.. el tubito donde entra y sale aire, oxigenando nuestra sangre, nutriendo nuestro órganos y permitiéndonos la experiencia…lo que sustenta nuestro segundo a segundo, el presente más puro.. no lo olvidemos..respirar!