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Pequeñas declaraciones..

Me gusta el mar, me fascina el río.. caminar descalzo, bañarme desnudo.

Me gusta viajar,  disfrutar con los cinco sentidos.

Me encantan los colores, todos los que hay en la vida.

Me gustan los tatuajes, la piel, ahí donde se da el contacto.

Me gusta la música, mejor en vivo, en cada cosa que hago  hay una canción.

Me gustan los fuertes que se reconocen débiles y vulnerables.

Me gusta la gente flexible e incoherente, la que esta abierta a cambiar de esquemas cada vez que lo necesita.

Me gusta creer que atravesar una nueva puerta abierta es una oportunidad de experimentar algo diferente.

Me gusta decir lo que pienso, pero prefiero compartir lo que siento,

Prefiero una caricia a un reproche.

Prefiero dejar huella a cicatrices.

Prefiero el silencio a la distracción compulsiva.

Prefiero hablar a chatear…mil veces

Me gusta mirarte, escucharte.

No me gusta planificar la vida, prefiero vivirla con lo que venga.

Me gusta despertar cada mañana y saber que tengo un día para seguir vivo.

Me gusta cómo sabe la vida, siempre.

Prefiero disfrutar con pasión el momento antes que publicarlo..

Prefiero abrir los ojos aunque duela.

Prefiero exponerme antes que no intentarlo.

Me gusta engancharme en la letra de una canción.

Me gusta vivir la poesía más que leerla.

Me encanta llorar, mejor de alegría y gratitud.

Me gusta un tú más un Yo, y que juntos sumen un nosotros.

Me gusta vivir enamorado. 

C’est la nuit

Sobre esta canción,

Se abre el día, se me llena el corazón de agradecimiento. Conecto con la vida, con la naturaleza, con el Sol y el aroma de una nueva mañana. Me siento pequeño y agradecido ante tanta grandeza, desde mi humanidad ofrezco con humildad mi día, mi amor de aprendiz, tan humano, tan imperfecto, y tan puro..

C’est la nuit, c’est la nuit,..

llega al final de cada jornada, silenciosa y misteriosa, la noche me recoge y me entrego a ella. He estado un ratito contigo y ahora toca recoger muy dentro mío lo que me llevo, lo que he saboreado y recibido, y dejar irse con generosidad lo que te he dejado. Durante el día he estado luchando con mis cosas, por dentro y por fuera,  y con las tuyas. Me hubiera gustado hacerlo mejor, lo he hecho humanamente lo mejor que he podido. Ahora estoy cansado, y me dejo llevar ..

C’est la nuit, c’est la nuit,

Me viene al corazón todo lo que algún día compartí contigo, tal cual fui , tal cual fuiste..

toda mi ternura humana, todo mi imperfecto amor, todas mis intenciones y mi trabajo, todo te lo entrego, guarda este día como mi gran tesoro. Ahora me retiro agradecido y lleno..

..c’est la nuit,  c’est la nuit..

Todas las relaciones tienen su día y su noche, es bonito y triste a la vez el momento de la despedida, cuando se hace con amor ..eso queda más allá de la piel, esta muy muy adentro,  y aflora en mis ojos cada vez que suena en el aire:

..c’est la nuit,  c’est la nuit..

Tu conexión sagrada

Más allá de tu percepción corporal, de conectar con tus  emociones y de tus construcciones mentales racionales: ¿De verdad no sientes que algo trasciende por encima de ti como individuo y te conecta con una energía más grande, más abierta y universal? Es la dimensión trascendente, inexplicable , misteriosa y excitante, la que te conecta con la vida y con todo lo que es el universo. Es lo sagrado en ti. Tú eres Dios. Si…eres la parte que te corresponde de «Dios», eres esa parte minúscula en el infinito que te corresponde de todo lo grande que es la vida. Aún así, eso no es poco ni mucho menos: Por ser esencialmente parte de lo sagrado, ya eres sagrada, y estás cargada potencialmente con todas las tonalidades y aromas de esa energía universal. Solo tienes que reconocerlas y explorarlas.

Si humanizamos esos atributos, tienes todos los que se asocian tradicionalmente a las deidades según su cultura: eres el dios de la guerra, la diosa del amor, el Dios de la justicia, la Diosa del placer y lo dionisíaco, el Dios castigador y cruel , la Diosa de la bondad..

Y aún así,  esa conexión sientes que es más grande que todo eso, tu la puedes sentir e intuir, pero no explicar, es algo más grande que tú y que lo que puedas concebir mentalmente. Puedes vivirlo, observar, dejarte llevar y disfrutarlo..no pierdas el tiempo en racionalizarlo, porque entonces ya lo estarías sesgando. He escrito «Dios», solo para que me entiendas..para mí éste es ya un concepto racionalizado y limitante.

Sintoniza con esa energía que no tiene porque tener nombre, conecta y siéntete parte de ella: está en la admiración de la grandiosidad de la naturaleza, está en la vibración interior de la música que mueve tus sentimientos, está en una mirada tierna, está en el anhelo del amor puro.

Desde ese lugar solo puede nacer la admiración y el agradecimiento, desde ahí puedes ayudarte a sanar heridas, a reconciliarte contigo y con la vida.

Los bosques no me dejan ver el árbol

Es práctico tener bien formada una idea global de cómo es nuestro mundo, de cómo quiero moverme en él, de qué espero de él,  de modo que puedas usar ese referente para relativizar  los problemas que te puedan surgir en el día a día y no bloquearte pensando en que no hay un mañana. Lo mismo pasa si has de tomar una importante decisión, muchas veces va bien que lo relativices a un contexto global para que tenga más sentido en referencia al camino que quieres seguir. Aquí aplicaríamos el sabio dicho popular de evitar que «los árboles no te dejen ver el bosque».

Esto es una manera de hacer..pero no la única. También puedes decidir atendiendo más espontáneamente a lo que necesitas en cada momento aunque sea más irracional y aparentemente contradictorio con tu «plan» de vida..vivir el día a día y asumir las consecuencias de esta manera de «atenderte». O, como es normal, un día actuarás de una manera y otro de otra..pero es importante que seas consciente de cómo y para qué lo haces.

Observa lo que te sucede en un día cualquiera de tu vida. Seguramente , sin ser consciente, te levantas con un objetivo: ir a trabajar, ir a estudiar, ir a comprar, cuidar a tus hijos, hacer una salida, etc.. Y para cada una de esas intenciones se producen pequeñas acciones para llevarlas a cabo.

A mí me pasa que normalmente no presto toda la atención que me gustaría sobre ellas, porque quedan «tapadas» por el objeto final a donde he dirigido mis intenciones: p.e. cuando voy a trabajar me gustaría prestar atención al hecho de despertar, de reconocer de nuevo mi cuerpo y sentirme agradecido de él, ver que hay luz, un nuevo día que me va a permitir seguir experimentando, disfrutar del agua de la ducha refrescante y  tonificante, disfrutar plenamente de hacerme un buen desayuno, y saborear el contacto con las personas que me voy a encontrar de camino, en vez de evitarlas como interferencias.

Todo eso lo hago muchas veces de manera automática y sin consciencia, como meros trámites para conseguir el objetivo final al cual estoy enfocado, que es  en este caso llegar al trabajo. Y así con todas las mini-metas que me voy marcando en el día.

Solo pretendo tomar conciencia de que eso me limita y superficializa mi experiencia, y vacía de contenido muchas acciones que podrían ser más plenas e intensas. Que me aleja del gusto por el contacto y de la creatividad de la improvisación. Con eso me pierdo muchas pequeñas cosas, por eso digo que los bosques no me dejan ver los árboles.

En términos de experiencia vital, ¿Qué es más importante ,el bosque o los árboles que lo forman?

Siento Amor

Mucho tiempo he buscado el amor fuera de mí. La expectativa de que el amor en mayúsculas residía en «encontrarlo» en otra persona. Tenía que encontrar la pareja adecuada a mí para poder sentir amor, que me enamorara y sintiera mariposas en el estómago. Cuando encontré estas sensaciones, con el tiempo se transformaban o diluían y me frustraba, pensando equivocadamente que era porque quizás no era la persona adecuada, la que me llenara. Llegué incluso  a cuestionarme si no «sabía» amar.

Empiezo a darme cuenta del error, con el que podría estar tropezándome toda la vida, y es que quizás no ponía el foco adecuado en el origen de la experiencia amorosa.

Lo primero es que me doy cuenta de que el amor no reside tanto en lo que me proporciona el otro como algo externo a mí, que debe propagarse en dirección a mí y en el cual no soy más responsable que encontrarlo y estar abierto para recibirlo, cuidarlo y disfrutarlo.

El amor está en mí. Es un sentimiento mío, que reside en  mi interior, el otro no lo genera, quizás pueda evocarme sensaciones, pero en esencia es mío, es parte de mi energía, de mi naturaleza. Esa sensación de calorcito en el corazón, de alegría en la mirada, de agradecimiento, de saborear cada momento, de ganas de vivir, la tengo Yo dentro.  Me doy cuenta de que es el acto de reconocerlo primero y luego de expresarlo, de canalizarlo al exterior,  lo que realmente me da placer, y es una sensación realmente adictiva. Lo único que debo hacer es estar atento, reconocerlo y canalizar su expresión.

El otro ya no es responsable, ni me limita mis ganas de expresarlo.

Lo segundo es que la experiencia amorosa tiene también muchas caras. Yo siento amor y también puedo expresarlo de tantas maneras como Yo sea capaz de captar la vida:

Disfruto de mi amor por mis hijos con una sonrisa de ternura, de una manera paternal, entregada, cuidadora,  con inmenso orgullo y pertenencia.

Puedo mirar a  mi pareja de tú a tú, con libertad y respeto, recibiéndola como un gran regalo, con sus bonitas imperfecciones, apreciando sus diferencias, como mi entrañable compañera/o de viaje, como espejo, como maestra/o, como el Dios/a con el que  conecto toda mi sensualidad y expreso mi ternura. Le puedo confiar mi vulnerabilidad y así abrirle las puertas para compartir los lugares más íntimos de mi, con lo que la relación se hace profunda y auténtica.

Puedo amar a mis amigos sintiendo su complicidad,  su lealtad, en la alegría, en el encuentro, en el desahogo, en la comprensión.

Amar a la familia, sentir su presencia constante y  disponibilidad amorosa.

Amo a mis gatitas solo por ser, por estar junto a mí, por su sencillez y transparencia, por celebrar conmigo cada nuevo día, por animarme a jugar continuamente, por recogernos juntos en las tardes de invierno , por mirarnos sin decir nada y todo a la vez.

Amo la música que escucho , amo lo que hago, amo la naturaleza y la vida.

Avanzar ..

Estoy de pie, los dos pies en el suelo, me siento firme, arraigado a tierra..me puedo quedar aquí..indefinidamente. Puedo sentirme, puedo ver , oír, observar lo que sucede afuera. Estoy en casa, me siento seguro y confortable. Puedo quedarme aquí, y mi experiencia llegará donde me llegue la vista, donde alcance mi oído, allí donde veo el horizonte. Aquí me siento espectador de la vida.

Si necesito experimentar algo nuevo, tendré que hacer algo, moverme hacia algún lado..

Inclino el cuerpo hacia adelante, levanto un pie, y en este momento.. siento desequilibrio, ahora solo me apoyo en un pie, no me siento seguro..pero me lanzo. He llegado a otro lugar y ,aunque cercano, es diferente, más cerca de donde ahora necesito estar. Por un momento he sentido que todo se movía . Es la sensación de avanzar, está unida a la incertidumbre . Me lleva a sitios nuevos . Requiere asumir un riesgo. Aquí me siento actor.

Sobre el Caos..

No deja de sorprenderme a mi mismo que una persona tan ordenada como Yo proponga este blog

..aunque soy consciente de que es la propia necesidad de salir de ahí, de dejar de controlar, la que me ha llevado muchas veces a explorar esta polaridad y me sienta bien dejarme llevar por el CAOS , me hace sentir libre y me abre las puertas a la creatividad.
Me hace estar más atento a disfrutar el momento, que a preveer el siguiente..